¿Sabías que al famoso incendio que ocurrió en Santander en 1941 se le conoce como “El Andaluz”? Se inicia en los tinglados del puerto, la parte trasera de la calle Cádiz. En ellos se almacenaba productos químicos, madera,… Una chispa hace que arda, se hunda el techo y forme una chimenea que ayuda a la propagación terminando en la calle Sevilla. Hoy 15 de febrero cumple 80 años.
La causa inicial sigue siendo incierta debido a que hubo personas que afirmaron que fue una chimenea, otras que fue un cortocircuito, otras que empezó en un edificio y no en otro de la calle Cádiz, y además hoy en día siguen surgiendo nuevas especulaciones. Aun así, lo que es evidente es que fue una fatídica casualidad que el desastre original coincidiera con una fuerte surada, que llegó a alcanzar los 180 km/hora, y una gran depresión atmosférica de gran magnitud.
La ciudad quedó en llamas y fue desapareciendo poco a poco el centro de la ciudad con todos sus comercios, la Plaza Porticada, la Catedral, miles de casas de ciudadanos que vivían alrededor de las más de 30 calles afectadas, imprentas, hoteles, bares y pensiones. Además, el fuego se llevó la vida de un bombero madrileño, Julián Sánchez García y dejó centenares de heridos.
Fue un duro golpe para Santander que se estaba intentando recuperar poco a poco de las devastadoras consecuencias que dejó la Guerra Civil dos años antes. Viviendo tiempos de posguerra, recibió la ayuda y solidaridad de cuerpos de emergencia de otras ciudades como Bilbao, San Sebastián, Palencia, Burgos, Oviedo, Gijón, Avilés, Madrid y también de otras diversas entidades y particulares.
Una vez detenido el viento sur, los trabajos de extinción fueron más fáciles, pero no se consiguió apagar todos los focos hasta quince días después del comienzo del incendio.
La catástrofe sucedida en 1941 dejó a Santander sin patrimonio histórico y se vio obligada a renacer de nuevo. Se diseñó un nuevo recorrido para el tranvía, solucionando así los problemas de las calles estrechas y desiguales que recorrían el centro histórico de la ciudad.
Se reorientó la zona comercial y de residencia acomodada y se construyó una nueva Plaza que representaría el centro de la nueva Santander , la Plaza Porticada.
Se destinó muchísimo tiempo y esfuerzo a la reconstrucción de la catedral, aprovechando las pocas posibilidades estéticas que quedaban de ella, la iglesia de la Anunciación y la Plaza de la Asunción.
En la rotonda donde convergen las calles Alfonso XIII y Calderón de la Barca, podemos encontrar un “Monumento al Incendio de Santander y Reconstrucción de 1941” creado por José Cobo Calderón en 1989. La obra se compone de siete figuras a tamaño real y un gran grupo simbólico de mármol, un homenaje a la tragedia ocurrida en 1941 y una llamada al hombre de hoy en día, ante la capacidad de los seres humos de resurgir de los escombros.
El incendio acabó con todo, pero permanece en el recuerdo de los ciudadanos y en la historia de nuestra ciudad contándose de generación en generación.
Gracias al trabajo y esfuerzo de todos los santanderinos, las llamas quedaron atrás y Santander se convirtió en lo que hoy en día es, la novia del mar.
Si quieres conocer el Santander de 1941, saber cómo eran sus calles, cómo afectó el incendio y cómo son ahora, te recomendamos hacer la Ruta del Incendio.
Recorre los diez lugares más representativos que el fuego se llevó consigo a través de una serie de tótems ilustrativos, en los que podrás visualizar el antes y después de una misma zona; así como, acceder a la historia, detalles y curiosidades.
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